Harry Potter y las reliquias de la muerte

     La última, y por supuesto, la más ansiada de las entregas de la escritora J. K. Rowling salió en julio del 2007 en inglés. Los más fanáticos de la saga liquidaron casi todos los ejemplares, leyendo el libro en esa lengua como si fuera en el idioma natal del lector: con toda la pasión y deleite del mundo. La versión en gallego y castellano se puso a la venta en febrero del 2008, con una parafernalia sin precedentes. Aquéllos que lo compraron en el mismo día en el Corte Inglés obtuvieron un diploma conmemorativo. Obviamente, la popular empresa hizo su agosto esa tarde. Los que no se manejaban bien con el inglés y los que prefirieron tener paciencia para disfrutar del libro en la traducción oficial, tuvieron al fin la ocasión de hacerlo.

Yo, fiel seguidor de toda la serie de Harry Potter, he de decir que, a pesar de la magnitud que tuvo la conmoción de su lanzamiento, ésta se queda corta comparada con el éxito real que tiene tras leerlo. Es decir, no defrauda a mis expectativas, y me imagino que tampoco a la de muchos fans como yo. Creo que el último ejemplar supera con creces a los seis anteriores.

El libro dispone de un argumento que va mucho más allá del enganche que produce a los jóvenes por las batallas y la acción. Cuenta con una enriquecida valoración moral y relata paso a paso la etapa de introducción a la madurez de los adolescentes, y de cómo han de desenvolverse ante determinados trances cruciales. Educan también para recurrir a la astucia en tiempos difíciles, a reflexionar, y a mantenerse firme en los principios e ideales. Saca, sin duda alguna, a relucir la situación del esfuerzo constante y recompensada al final, y la solidaridad con el prójimo.

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte es una obra de la Literatura Contemporánea que puede equipararse a grandes creaciones de la antigüedad, así como a El Capitán Alatriste, El Señor de los Anillos y otros grandes éxitos históricos actuales. ¿Nota? Le doy un buen y merecido 10.

A. C. C.